Gaslighting, sutil manipulación emocional

El gaslighting es un tipo de manipulación emocional en el que una persona intenta cambiar la realidad de otra para confundirla y tener un mayor control sobre ella.

Qué es el gaslighting: perfil del manipulador y de la víctima

El gaslighting –en castellano hacer luz de gas– no es un concepto nuevo, este mecanismo de manipulación emocional, que consiste en hacer pensar a la otra persona que su realidad esta alterada y que llegue a dudar de su propia percepción, lleva siendo estudiado durante años por los psicoanalistas. Esta técnica, que se caracteriza por ser lo suficientemente sutil para generar dicha confusión, suele ser llevada a cabo por personas muy cercanas, como un familiar o la propia pareja, y suele prolongarse bastante en el tiempo, ejerciendo un progresivo desgaste a base de pequeños comentarios y mentiras.
Para entender mejor este término vamos a hacer referencia al argumento de la película estadounidense Gasligth (1944) –Luz que agoniza, en su versión en castellano–. En ella, el marido de la protagonista manipula su realidad, cambiando cosas de lugar y atribuyéndole dichos actos a su mujer o negando haber tenido conversaciones juntos que ella recuerda, con el fin de que crea que tiene un problema mental y así poder quedarse con su fortuna.
En gran parte, este tipo de técnica de manipulación emocional consiste en persuadir a la otra persona para que dude de lo que ve, dice o hace, de esta manera se puede tener un mayor control sobre ella, ya que la víctima tiende a encontrarse confundida, lo que deriva en una dependencia todavía más notable a su verdugo.

Manipulación relacionada con la identificación proyectiva

Según nos ha contado el Dr. José Félix Rodríguez, presidente de la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia (AEFDP), esta manipulación está relacionada con la identificación proyectiva, una técnica en la que una persona atribuye varias o una de sus características que no le gustan a otra persona, descargando su ira sobre ella con el fin de sentirse mejor consigo mismo.

Casi todos hemos hecho esto alguna vez, pagar los platos rotos con alguien cercano, por lo general identificada como más débil, sin embargo, esta situación se convierte en propia de un gaslighting cuando se alarga en el tiempo y el nivel de manipulación es elevado, explica el experto en psicoterapia.

Este comportamiento de manipulador es propio de personas con trastornos de la personalidad y especialmente en sociópatas, gente con trastorno límite de la personalidad o personas narcisistas, con un alto concepto de sí mismos, las cuales escogen a su víctima, que suele tener una personalidad sumisa, con una autoestima baja o tendente a la culpabilidad.

Consecuencias del gaslighting: cómo prevenir sus efectos

Las principales consecuencias de la manipulación emocional sutil conocida como gaslighting (hacer luz de gas) sobre las víctimas son varias, entre ellas destaca el malestar psicológico que le provoca, con un cuadro que puede ir desde ansiedad o estrés a un fuerte sentimiento de culpabilidad, que atormenta a la persona que sufre el gaslighting y que en la mayoría de las ocasiones termina derivando en una depresión. Todo ello destruye su autoestima y hace que pierda confianza en sí misma.
Son pocas las veces en las que las propias víctimas son conscientes de su situación, es por ello que suelen ser las personas de su entorno las que dan la voz de alarma y en muchas ocasiones intentan que abran los ojos para acabar con esta tortura emocional, no obstante, el mundo de mentiras y manipulación que ha creado el verdugo suele ser muy consistente y no resulta fácil convencer a los afectados de que tomen las riendas de sus vidas.

Cómo romper con el gaslighting y evitar sus efectos emocionales

Como nos ha explicado el psicólogo José Félix Rodríguez, presidente de la AEFDP, lo primero y más necesario es darse cuenta de estar sufriendo este tipo de abuso por parte de la pareja, padres o hijos o compañeros de trabajo, y en base a eso, apoyarse en amigos y familiares para liberarse y dejar atrás cuanto antes esa relación tóxica.

Si no se consigue de forma tajante, la mejor opción es acudir a un profesional, como un psicoterapeuta, que sabrá cómo abordar el problema con las técnicas adecuadas.

En todo caso, para prevenir el gaslighting y sus consecuencias ten en cuenta estos consejos básicos:
• Confía en ti y en tu memoria: nadie puede conocer tu realidad y tus sentimientos mejor que tú.
• Evita perseguir la aprobación de los demás: respeta las opiniones pero ten la tuya propia, lo luches por hacer cambiar de opinión al resto de personas.
• Rodéate de gente que te haga sentir bien: te ayudarán a ver la vida de otra forma y mejorarás tu estado de ánimo, dejando atrás los efectos negativos de la luz de gas.
• No dejes que superen tus límites: no permitas que te griten o que te hagan sentir mal.
• Aléjate de las personas tóxicas: no aportan nada bueno en tu vida y solo te hacen entrar en un bucle de desconcierto y sufrimiento. Por difícil que sea, mira las cosas desde un punto objetivo y toma las decisiones correctas.
• No dejes que nadie decida por ti: evita tener que delegar en otra persona para las decisiones que solo te atañen a ti, puedes pedir consejo, pero siempre debe prevalecer tu criterio.
• Trabaja tu autoestima: es la base de todo, si no la tenemos perdemos la confianza en nuestro criterio, por lo que seremos la presa perfecta para el gaslighting.
• Evita la dependencia emocional: no delegues algo tan importante como tu felicidad en otra persona, pues entonces será ella la que tenga el mayor control sobre ti. Válete por ti mismo.

 

Fuente:
Dra. Vanesa Fernandez Lopez – Psicóloga, especialista en emociones.