Era talentosa, atlética y hermosa.

Pero aun así, nunca perdió el atractivo de una chica sencilla, tal vez como una de nuestras vecinas. Cuando ganó el certamen Miss América de 1958, Marilyn Van Derber desfiló por la pasarela de un teatro de Atlantic City. Su reinado duró un ajetreado año en que hizo multitud de presentaciones estelares. Posteriormente terminó sus estudios e inició una destacada carrera como conferencista. Era la expresión máxima de confianza en sí misma y compostura. Fue anfitriona de 23 programas especiales de televisión y fungió por 16 años como la portavoz femenina de una afamada empresa.

Al cumplir los treinta y tres años, Marilyn volvió a subir a un escenario, con objeto de proclamar un mensaje muy diferente: “Esta noche rompo el silencio… voy a mencionar lo inmencionable…”, dijo. Después continuó con su confidencia: “Desde los cinco años hasta que cumplí dieciocho y salí de mi hogar para ir a la universidad, mi padre abusó sexualmente de mí”.

Como conferencista motivacional, Marilyn tenía un nuevo objetivo –la pasión de ayudar a otras víctimas a romper el silencio, a rehacer sus vidas y a vivir en plenitud. Después de hablar de su horrendo secreto, ayudó a muchas personas para que hablaran de los suyos y superaran la vergüenza. Pero todavía hay muchas víctimas que viven en medio de un torbellino interior y que derraman lágrimas por dentro.

“Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto”. (Salmos 55:4-5)

“ Si se abusa sexualmente de un menor a edad temprana, ¿No borra el tiempo el recuerdo de lo sucedido?”

El daño emocional que se hace al alma del niño(a) puede durar toda la vida. Aun cuando no exista recuerdo del evento en la memoria y sin entender por qué, las víctimas de abuso sexual siempre llevan con ellas una baja autoestima muy dañina, una abrumadora vergüenza y una perspectiva de la vida y las relaciones basadas en el temor.

“Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre”. (Salmos 142:6-7)

“¿ Tiene problemas de promiscuidad el niño(a) que fue víctima de abuso sexual?”

Las experiencias sexuales tempranas a veces provocan promiscuidad en los adolescentes. Pero no todos los niños reaccionan al abuso de esa manera. No obstante, una vez que se despiertan los deseos sexuales, pueden derrumbarse los límites para expresar la sexualidad. En su deseo de ser amadas, muchas víctimas endurecen su corazón hacia Dios y deciden practicar la promiscuidad. Puesto que desconfían de Dios, “buscan el amor en el lugar equivocado.”

“Yo anduve errante como oveja extraviada”. (Salmos 119:176)

Sí es y no es de estar alertas

  • … Esté alerta. Generalmente los niños sufren el abuso de parte de gente que conocen.
  • … Esté alerta. Generalmente los niños no mienten acerca del abuso sexual.
  • … Esté alerta. A menudo, el abuso físico es violento, pero el abuso sexual no lo es.
  • … Esté alerta. Es posible que los niños nieguen o cambien la historia por miedo.
  • … Esté alerta. El abuso sexual es progresivo y empeorará si no se detiene.
  • No… niegue la situación, sin importar cuán difícil sea creerla.
  • No… crea que porque sólo sucedió una vez no es grave.
  • No… minimice el abuso.
  • No… permita que el agresor se salga con la suya, enfréntelo.
  • No… culpe a otros miembros de la familia.
  • No… permita que el abuso se considere como un “secreto de familia”.

“Alegría es para el justo el hacer juicio; mas destrucción a los que hacen iniquidad”. (Proverbios 21:15)

¿Por qué los niños no dicen nada?

Por distintas razones, la mayoría de los niños nunca hablan con nadie del “secreto” del abuso. Y cuando finalmente lo hacen, generalmente es después de muchos años. ¿Por qué protegen al agresor?

  • Por un sentido falso de culpa (culpabilidad falsa). Llegan a creer que ellos son responsables del abuso.
  • Sienten lealtad y amor por el agresor.
  • Temen que la persona que los escuche reaccione con incredulidad y negación, o bien, con horror y condenación.
  • Tienen miedo de la autoridad y poder del agresor.
  • Están amenazados por el agresor.
  • Tienen miedo de lo que pueda pasarle a su agresor.
  • Se sienten obligados con el agresor.
  • Sienten que a nadie le importa ¡porque nadie les pregunta nada!

Versículo clave para memorizar

“He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí”. (Isaías 12:2)

Pasaje clave para leer y meditar

Salmos 55

¿Qué debe usted hacer?

Si usted sospecha de abuso sexual…

  • Busque a un profesional que tenga entrenamiento para trabajar con niños.

Para confirmar o desechar sus sospechas…

  • Comuníquese con los servicios de defensa se la niñez y discuta con ellos su preocupación en privado.

Para obtener más información (sin la presencia del menor…)

  • Comuníquese con los servicios de protección al menor.
  • Llame a la policía o a otra fuerza de seguridad.

Si el niño denuncia el abuso…

  • No prometa algo que no pueda cumplir, como “tu madre no se enojará”, o “el ofensor no sufrirá ningún daño”.
  • Explíquele que se debe denunciar a las instancias policíacas y prepárelo para lo que pueda suceder después.
  • Dispóngase a proveerle protección, solicitar un examen médico y obtener ayuda profesional.

Si usted observa señales sospechosas en el cuerpo de un menor…

  • Lleve al menor para que sea examinado de inmediato por un pediatra o por el servicio de emergencia de un hospital para que se documente la agresión.

“También os rogamos, hermanos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos”. (1 Tesalonicenses 5:14)

Descubra el secreto

Para ganarse la confianza del menor y que abra su corazón, ofrézcale cuidado amoroso y la compasión que provienen del Espíritu de Dios.

  • Pida la sabiduría sobrenatural de Dios.
  • Provea al menor un ambiente seguro.
  • Pregunte al menor si se siente incómodo o confundido.
  • Escuche, observe y reflexione con cuidado.
  • Asegure al menor que cree en él.
  • Afirme que el ofensor es el único culpable.
  • Asegure al menor que él no tiene la culpa.
  • Confírmele que denunciar es la alternativa correcta.
  • Provéale un ambiente seguro mostrándole amor y preocupación genuinos.

“Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el hombre entendido lo alcanzará”. (Proverbios 20:5)

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