Descripción Compasión en medio de su preocupación

¿Le parece imposible la vida? ¿Ha estado batallando con la idea de suicidarse? ¿Ha comenzado a creer una mentira? Esa mentira es que “quitarse la vida es mejor que vivir la vida que Dios le ha dado”. Pero el Señor tiene compasión de usted en cada preocupación y quiere trabajar en su vida sólo con la verdad,

“[Jesús dijo]: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:32)

Mitos en cuanto al suicidio

  • Mito: “La gente que habla de quitarse la vida, nunca lo lleva a cabo”.

Realidad: Tome cualquier amenaza de suicidio con seriedad. El 80% de los que se han quitado la vida, le avisaron a alguien.

“El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia”. (Proverbios 18:15)

  • Mito: “Nunca toque el tema del suicidio con personas que están atravesando por una depresión profunda, podría darle ideas”

Realidad: Pero la mayoría de las personas que padecen depresión o ansiedad profunda han pensado quitarse la vida. Si alguien está considerando el suicidio como alternativa, puede resultar de gran ayuda hablar con otra persona para evitarlo.

“El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber”. (Proverbios 16:21)

  • Mito: “Un cristiano comprometido nunca se suicidaría.”

Realidad: La pérdida de esperanza que acompaña el estado de ansiedad severa también puede poner su fe bajo una gran presión. Al igual que Jeremías, el gran hombre de Dios, el creyente más ferviente puede caer preso de la desesperación y desear el suicidio. Cuando Jeremías estaba siendo atormentado y su vida corría peligro, elevó a Dios su lamento:

“Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito… ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?” (Jeremías 20:14, 18)

Qué hacer y qué no hacer…para familiares y amigos

  • No platique acerca de la muerte como algo trivial. No diga, “Deja de hablar de eso”.

…Esté dispuesto a escuchar, realmente a escuchar. Diga: “Quiero saber lo que estás sintiendo en verdad”.

  • No prometa: “Jamás le diré a nadie”.

… Explique: “Te quiero y no puedo prometerte guardar el secreto. Te amo demasiado para hacerlo”.

  • No culpe a nadie o a nada diciendo: “Es su culpa que te sientas así”.

… Reconozca que Dios conoce las injusticias, sin embargo, nosotros decidimos cómo reaccionamos a ellas. ¿Asumiremos una actitud responsable o irresponsable?

  • No ofrezca soluciones instantáneas como: “Olvida el pasado”.

… Ayude a iniciar una evaluación médica lo más pronto posible.

  • No se involucre en discusiones teológicas.

… Ore fervientemente pidiendo sabiduría para cada persona involucrada en esta crisis y asegure: “Dios nunca te dejará ni te abandonará”.

“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”. (Proverbios 12:18)

Siete razones bíblicas para decir “no” al suicidio

  1. El suicidio rechaza la paz interior que Dios ofrece. (Filipenses 4:6–7)
  2. El suicidio rechaza la soberanía de Dios acerca de la duración de la vida. (Salmos 139:13, 16)
  3. El suicidio rechaza la autoridad que Dios tiene sobre la vida. (1 Corintios 6:19)
  4. El suicidio rechaza el mandamiento de Dios de no atentar contra la vida humana. (Deuteronomio 5:17)
  5. El suicidio rechaza la capacidad que Dios tiene de sanar sus heridas. (Jeremías 17:14)
  6. El suicidio rechaza el plan que Dios tiene para darle esperanza. (Jeremías 29:11)
  7. El suicidio rechaza el poder que Dios ya le ha dado para ser una persona espiritual. (2 Pedro 1:3–4)

Versículo clave para memorizar

“Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré”. (Salmos 62:5–6)

Pasaje clave para leer y meditar

Lamentaciones 3:19–24

Consuelo para los que están padeciendo las consecuencias de un suicidio

Las secuelas emocionales que deja un suicido son más devastadoras de lo que podemos imaginar. Pocas personas son capaces de estar al lado de los que sufren las consecuencias de un suicidio.

El dolor incomparable del familiar

  • Impacto—“Debe haber un error. Apenas la ví hace unas horas”.
  • Negación—“¡Pensó que la muerte era mejor que seguir viviendo a mi lado!”
  • Culpa—“Debí haber hecho algo para evitarlo”.
  • Enojo—“¿Cómo pudo hacerme esto?”
  • Tristeza— “Sueño con frecuencia que vuelve a mi lado”

Sea un amigo incomparable

  • Esté presente— Esté dispuesto a estar con la persona. Su presencia es suficiente.
  • Escuche— Escuche con atención lo que hay en su corazón y anime al sobreviviente a expresar sus emociones.
  • Acepte— Acepte todas las emociones, sin importar que sean ofensivas.
  • Promueva el perdón— Permita que el sobreviviente vea la sensibilidad y el perdón en su propia vida.
  • Ore fervientemente— Ofrezca orar por el sobreviviente si se muestra receptivo.

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”. (Salmos 34:18)

Dando esperanza al que no la tiene

Confronte con honestidad. (Proverbios 20:5)

  • Tome con seriedad cualquier conversación acerca de la muerte o suicidio.
  • Pregunte de manera directa, “¿Estás pensando en el suicidio?”
  • Exprese su preocupación.

Ofrezca alternativas. (1 Corintios 10:13)

  • Reconozca que la vida es dura.
  • Señale que en ocasiones, es difícil vivir cuando nos encontramos en situaciones desagradables.
  • En una hoja de papel haga una lista de las posibles alternativas.

Proponga un contrato. (Gálatas 6:2)

  • Edifique la relación mostrando interés genuino y disposición para ayudar.
  • Pregunte si la persona está dispuesta a hacer un trato con usted: “¿Prometes que si intentas lastimarte, me hablarás antes de hacerlo?”
  • Asegúrese de obtener su firma.

Consiga ayuda. (Proverbios 15:22)

  • Busque a un consejero capacitado o a un terapeuta.
  • Llame a un pastor.

Temas relacionados con el suicidio

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Video: No lo hagas