Palabras que lastiman

“¡No vales nada!”… “¡Nunca llegarás a ser alguien en la vida!”… “¡Desearía que nunca hubieras nacido!” Palabras como estas en la infancia pueden herir el corazón por el resto de nuestros días.

Esas heridas se profundizan en la edad adulta cuando se nos somete al juego del “control”. Amenazas como: “Si me dejas, ¡me desquitaré con nuestros hijos!” o “Tengo las llaves en mi poder, ¡no puedes ir a ninguna parte!”… son tanto emocional como verbalmente violentas y abusivas y se usan para mantener el control de una relación.

El maltrato también puede ejercerse sin decir una sola palabra, ya sea por medio de miradas degradantes, gestos obscenos o comportamiento amenazador. Esas acciones provocan un dolor intenso e impiden el crecimiento emocional. Usted no debe permitir que alguien le haga sentirse menos. Jesucristo dijo que usted tiene un valor inmenso dado por Dios.

“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos”.

(Lucas 12:6–7)

“¿ Hay esperanza para los que han sido afectados por el abuso?”

Para esas personas, Dios ofrece esperanza, la cual está en él. Empiece por aumentar su dependencia del Señor y busque consuelo en su sanidad.

“Bienaventurado aquel… cuya esperanza está en Jehová su Dios… guarda verdad para siempre”.

(Salmos 146:5–6)

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”.

(Salmos 34:18)

“¿ Por qué permanecen en la relación de maltrato las personas que lo reciben?”

Una de las razones principales es el temor. Isaías 21:4 dice: “Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto”. Provocar temor es un arma poderosa que se utiliza para controlar a otros. Una de las estrategias más eficaces para lograrlo es enviar mensajes despectivos así como amenazas verbales de hacer daño a la persona.

Otra táctica es el abandono o retener el apoyo emocional. Sin embargo, el temor subyacente básico es que nuestras tres necesidades básicas de amor, reconocimiento y seguridad no serán

cubiertas. Pero el Señor quiere que pasemos del temor a la fe y que confiemos en él para llenar nuestras necesidades más profundas.

“El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado”.

(Proverbios 29:25)

Siete pasos esenciales para obtener la victoria

    1. Identifique el problema. (Salmos 139:23–24)

Decida que no volverá a tolerar el comportamiento abusivo.

    1. Entienda el origen del problema. (Proverbios 18:15)

Acepte que usted no es la causa del maltrato (aunque le digan que usted lo provocó).

    1. Confronte el problema. (Proverbios 16:21)

Comunique que no volverá a tolerar los ataques verbales.

    1. Hágase responsable de usted mismo(a). (Romanos 12:17–18)

Resístase a cobrar venganza.

    1. Vea a la persona abusiva desde la perspectiva de Dios. (Filipenses 4:19)

Considere que Cristo también murió por ella.

    1. Muestre su amor incondicional. (Proverbios 10:12)

El amor no es un sentimiento, sino el compromiso de hacer lo que conviene.

  1. Practique una vida de oración intensa. (1 Tesalonicenses 5:17–18)

Recuerde que la oración es la senda más segura para llegar a la sanidad y plenitud.

“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.

(Hebreos 12:15)

Versículo clave para memorizar

“El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”.

(Romanos 13:10)

Pasaje clave para leer y meditar

Mateo 12:34–37

Cómo se ponen límites personales

  1. Ponga límites alrededor de su corazón. Tenga cuidado en qué y en quién invierte sus emociones. (Proverbios 4:23)
  2. Aprenda a decir que no. No crea las mentiras de que usted es egoísta o indiferente cuando se rehúsa a cumplir los deseos de otra persona. (Mateo 5:37)
  3. Haga valer sus derechos con firmeza. La razón clásica por la que algunos no afirman sus derechos es para evitar cualquier conflicto. (Mateo 18:15)
  4. ¡Ponga límites! Para ayudarle a identificar sus límites, preste atención cuando sienta emociones intensas como depresión, vergüenza o culpa como resultado de lo que alguien le dijo o hizo. (Proverbios 27:6)
  5. Aprópiese de la voluntad de Dios para su vida. Redefina su propia identidad procurando cada día vivir conforme a la voluntad de Dios. (Romanos 8:15)

Pasos para la recuperación de las víctimas de maltrato

  1. “Reconozco que soy impotente para sanar mis emociones heridas provocadas por el maltrato y me dirijo a Dios para que me dé el poder de alcanzar la plenitud en él”.
  2. “Reconozco que el plan de Dios para mi vida incluye la victoria sobre la experiencia que tuve con el maltrato”.
  3. “La persona que me maltrató es responsable de los actos que cometió contra mí y por las palabras que pronunció. No aceptaré la culpa falsa y la vergüenza que me han provocado esos actos y palabras”.
  4. “Descanso en Dios y su palabra para encontrar mi identidad como un ser humano valioso y amado”.
  5. “Estoy compartiendo mis sentimientos honestamente con Dios y cuando menos con otra persona mientras trato de identificar las áreas donde necesito ser limpiado(a) y sanado(a)”.
  6. “Acepto la responsabilidad de mis reacciones al abuso”.
  7. “Estoy dispuesto(a) a aceptar la ayuda de Dios para tomar la decisión de perdonarme a mí y a aquellos que me ofendieron. Confiaré en él para que realice el proceso en mí”.
  8. “Estoy dispuesto(a) a madurar en mi relación con Dios y los demás”.
  9. “Estoy dispuesto(a) a ser usado(a) por Dios como instrumento de su sanidad y restauración en la vida de otros”.

Cómo cambiar el curso de una relación de maltrato

El cambio siempre es tanto el subproducto como la meta de la obra del Espíritu Santo en el creyente.

Cambie su mente…

Eso significa arrepentirse. (2 Corintios 4:2)

Cambie sus acciones…

Eso significa obedecer. (2 Juan 6)

Cambie su actitud…

Eso significa conformarse al mandato de Dios. (Colosenses 3:16–17)

Cambie sus sentimientos…

Eso significa perdonar. (Mateo 6:14–15)

Cambie sus palabras…

Eso significa confesar. (1 Pedro 3:10–11)

Cambie sus pensamientos…

Eso significa renovarse. (Romanos 12:2)

“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”.  (Salmos 147:3)

 

Video: Detengamos el abuso