La garantía de Dios para usted

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. (Juan 10:27–29).

Confiar su vida en las manos de Cristo resulta en tres gloriosos regalos de gracia. Usted es salvo por el Salvador. Usted es sellado por el Espíritu. Usted está asegurado por el Padre de que lo guardará hasta el día en que herede su hogar en el cielo y ¡vea a su Salvador cara a cara! Esa es la garantía de Dios para usted. —June Hunt

“¿ Qué sucede con alguien que verdaderamente ha nacido de nuevo, ha experimentado un cambio de vida, pero luego deja de creer, al menos por un período de tiempo? ¿Si una persona deja de creer no provoca eso la pérdida de su salvación?”

No, La Biblia dice que cuando hemos nacido de nuevo—una vez que hemos recibido el nuevo nacimiento —recibimos una “herencia que no puede contaminarse, marchitarse o corromperse—reservada en el cielo para nosotros”. Todos los creyentes honestos experimentan períodos de duda. La duda no es lo opuesto de la fe; es el otro lado de la misma moneda. La duda sincera significa una búsqueda, la cual agrada a Dios.

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”. (1 Pedro 1:3–4)

“ Acepto la seguridad que da la Biblia de que nadie puede arrebatar al verdadero creyente de la mano de Jesús. Sin embargo, por causa de mi pecado, ¿podría yo escaparme de su mano de protección, y de su misma presencia?”

No, Jesús dijo de manera específica que “nadie” —ni siquiera usted mismo—puede arrebatarlo de la mano de Dios. Además, observe que antes de esas palabras él dijo: “No perecerán jamás”.

“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:28–29)

Preocupación por la salvación

Los que tienen ansiedad puede ser que tengan…

  • Una conciencia culpable.
  • Confusión acerca del juicio de Dios.
  • Estar orientados a las obras.
  • Un estilo de vida legalista.
  • Inseguridad de lo que Dios piensa de ellos.
  • Temor del futuro.
  • Sentimientos que determinan sus decisiones.

Seguridad de la salvación

Los que están seguros probablemente tienen…

Una conciencia limpia (Hebreos 10:22)

Confianza en la misericordia de Dios (Hebreos 4:15–16)

Orientación hacia la gracia (Efesios 2:8–9)

Libertad en su estilo de vida (Gálatas 5:1)

Seguridad en lo que Dios piensa de ellos (Colosenses 1:22)

Fe en el Dios del futuro (2 Timoteo 1:12)

Seguridad porque basan sus decisiones en los hechos (Romanos 8:1)

“Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12)

Causas comunes de la inseguridad en la salvación

Cuestionar la decisión tomada en la infancia.

Fallar en perdonar al ofensor.

Continuar en un pecado sin arrepentirse.

Falta de voluntad para cambiar un patrón de vida pecaminoso.

Depender de la membresía de una iglesia.

Confiar en el esfuerzo personal y las obras.

Falta de fe en las Escrituras.

Expectativa de que los sentimientos o emociones deben confirmar la salvación.

Racionalizar las verdades espirituales.

Confundir el retroceso en la espiritualidad con la pérdida de la salvación.

“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2 Corintios 13:5)

Versículo clave para memorizar

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13)

Pasaje clave para leer y meditar

Juan 10:27–29

Lista de comprobación de la salvación

Tomada del libro de 1 Juan

  • ¿Vivo en la verdad, rechazando las obras que se hacen en la oscuridad? (1 Juan 1:6)
  • ¿Disfruto de la comunión con otros creyentes? (1 Juan 1:7)
  • ¿Tengo amor por la palabra de Dios y trato de obedecerla? (1 Juan 2:3–5)
  • ¿Rechazo los valores del sistema del mundo? (1 Juan 2:15–17)
  • ¿Estoy en espera del regreso de Cristo? (1 Juan 3:2–3)
  • ¿Peco ahora menos que antes de convertirme en cristiano? (1 Juan 3:6)
  • ¿Experimento oposición por causa de mi amor por Cristo? (1 Juan 3:13)
  • ¿Amo con sinceridad a los demás cristianos? (1 Juan 3:14)
  • ¿Confío en Jesús al depender de él para mi salvación y mi futuro? (1 Juan 5:10–11)
  • ¿Hay respuesta a mis oraciones? (1 Juan 3:21–22; 5:14–15)
  • ¿Discierno las verdades espirituales? (1 Juan 4:6)

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. (Romanos 8:1)

Seguridad bendita

Acepte a Jesucristo como su Salvador personal y Señor. (Romanos 10:9–10)

Permanezca firme en las promesas de Dios. (1 Juan 2:25)

Sométase para que Cristo viva su vida en y a través de usted. (Gálatas 2:20)

Recuerde que cuando Cristo vive en usted, tiene vida eterna. (1 Juan 5:11)

Descanse en que Dios terminará la obra que comenzó. (Filipenses 1:6)

Espere a que el Espíritu Santo confirme la verdad a su espíritu. (Romanos 8:15–17)

Descubra la seguridad de la eternidad. (Efesios 1:13–14)

“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”. (Efesios 1:13–14)

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